Creamos este nuevo Blog, con el fin de ampliar nuestra oferta.
El fin que tiene es dar cabida a los distintos componentes de nuestro grupo, que aficionados a la buena cocina, así como al conocimiento de los buenos vinos de nuestra geografía nacional, puedan mostrar sus conocimientos, compartiéndolos con los demás.
El nombre de Garum y Testaccio, no es casual. El garum como una salsa que condimentaba a gran cantidad de platos de la cocina romana y el Testaccio, como el monte que existe en Roma, formado con los restos de las ánforas que se desechaban, después de ser utilizadas (ánforas de aceite, vino y garum), muchas, procedentes de las costas de Málaga.

Dicho monte que tiene un perímetro de un Km. (es decir casi 320 metros de diámetro), y una altura de 50 metros. El monte en sí, es una de las fuentes arqueológicas más importante para conocer la cultura romana y su relación con Hispania.

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lunes, 8 de julio de 2013

COMPETA

En la franja más oriental de la provincia de Málaga, en aquella que linda con la de Granada, y en plena Axarquía, se ubican desde la época del dominio musulmán pueblos anclados en la serranía conservando sus trazados históricos de calles empinadas y estrechas con balcones plenos de flores que se besan guardando no obstante pudorosamente su intimidad y cuya blancura y belleza son difícil de entender si no es paseando por sus calles o admirándolos desde la cima del monte más cercano. De esos pueblos fueron expulsados los moriscos por los Reyes Católicos, convirtiéndose muchos de ellos, por resistencia y necesidad, en los famosos monfíes, origen posterior de los no menos famosos bandoleros andaluces.
Te quiero hablar de uno de ellos: Cómpeta. Espero que nunca lo hayas oído ni mencionar, pues entonces y ahora mismo estaría yo haciendo el bobo intentando ponerte en antecedentes para la mejor comprensión de la historia que después te contaré.
Málaga, de la que sí espero que sepas algo más que el acontecido que desde aquí partió Viano para conquistar la Argentina, fue desde el último tercio del SXVIII y hasta casi un siglo después un fuerte criador y exportador de vinos procedentes de la elaboración de su famosa uva moscatel. El Vino Málaga era muy apreciado, tanto es así que tenía por aquel entonces más renombre y negocio que el vino de Jerez (nunca jamás se te ocurra decir esto pues no te creerían, como a Galileo tampoco lo creyeron y estaba en lo cierto, pero la extensión del cultivo de viñedos abarcaba la nada despreciable superficie de unas 120.00 has). A finales del SXIX, más concretamente en 1877 llega a la Axarquía (palabra de origen árabe que significa “lado oriental” y que es la que da nombre a la zona oriental de la provincia de Málaga) la plaga de “filoxera” que hundió por completo el negocio vitivinícola, el de las pasas incluido, al ser materialmente devorados todos los viñedos por el maldito insecto y desde aquí mismo, pues los campos malagueños fueron los primeros infectados por el dichoso parásito, la plaga se extendió por toda España. En fin, con ella llegó la más pura ruina.
Pues bien, hoy en día ese pueblo llamado Cómpeta, colgado a 640 mts de altura en las estribaciones de la Sierra Almijara, continúa manteniendo intacta la cultura del vino y como sus bancales siguen estando donde estaban, sus viñadores han vuelto a reverdecer con la Moscatel de Alejandría que, como sabes, es la única uva que nos ha llegado a occidente tal cual era en su origen milenario. De esa uva moscatel se elaboran vinos dulces y secos y pasas, sometiendo a la uva a un soleado, que intenso seca y es pasa, y que controlado sube los azúcares y es vino. Vino de Cómpeta, vino de Los Montes de Málaga.
Éste vino, sin tener la aristocrática etiqueta de un sauternes de Chateau de I’Quem, tiene la gallardía suficiente como para maridarse con el más exquisito foi gras dejando incluso en peor lugar a aquel, o al menos igualándose a él. Ya existieron aristócratas, mejor dicho reinas, que lo impusieron en su corte, como es el caso de Catalina II de Rusia, que incluso pidió exacción fiscal para este modesto ahora, que no humilde, pero regio vino entonces. Pero el cuento no tuvo final feliz, la terrorífica bruja filoxera lo impidió. Nunca más Catalina volvió a beberlo.
Termino. Hoy la Axarquía, además de viñedos, tiene guiris –extranjeros, para entendernos- que espurreados por sus tierras, habitando casitas rurales a lo largo y ancho de su territorio, hacen semejar esa porción de tierra malagueña vista desde el aire a un paisaje de juguete.
El pequeño escrito que te invito a leer a continuación, fue un comentario que hice para nuestro blog sobre una noticia que hacía referencia a uno de esos guiris de Cómpeta
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Entierro inglés

Se llama Elleen Bush, nada que ver con los poderosos yankees de igual apellido.  Elleen es británica, como no podía ser de otra manera, y va a cumplir 80 años, edad hoy nada fuera de lo común en los tiempos que corremos. Casi todo el mundo llega con cierta comodidad a la celebración de esa importante fiesta. Sin ir más lejos, la gran mayoría de nuestro entorno se encuentra a un tiro de piedra para cumplirlos.
La señora o señorita Bush, cualquier estado civil es posible en estas británicas, está afincada en Cómpeta, como el que no quiere la cosa y como otros muchos de sus congéneres. Pues la cosa es que ha decidido celebrar su llegada a octogenaria organizando su propio entierro y funeral. Humor negro británico! Dice la crónica negra que lleva un año buscando cementerio, tumba, lápida y responsos para que el evento le salga redondo, y le saldrá de rechupete pues los de las islas se la pintan solos para el tránsito de la idea a la práctica con color, mantel rosa, porcelana de la mejor, cubiertos de alpaca, vino malo, cerveza negra caliente, cordero estofado, tarta de crema y frambuesas y sillas de anea del lugar para que nadie esté mucho tiempo sentado y amuerme la fiesta. Me la imagino emperifollada con su sudario blanco, moño recogido con peineta, sortijas y brazaletes del baratillo de los lunes, labios de un rojo intenso en contraste con lo pálido talco de su tez y unas zapatillas tirando a babuchas marroquíes. Todo un espectáculo brindado con sus amigos de aquí y de allá, todos como cepas de moscatel reverdecidas por la gracia de la bondad del clima, el tipismo del pueblo, el buen grado de los vinos del lugar y la esplendorosa luz de la serranía. La plaza del pueblo con crespones negros sobre las banderas con el escudo del Chelsea en sus balcones, las aceras con lirios y gitanillas y sobre los adoquines un simple catafalco con su cabecera orientada hacia el norte y cuidadosamente adornado con cintas de colores, cuatro velones en sus esquinas y una simple bandera británica. En su rededor, bancos de madera sobre los que se han dejado cuidadosamente ordenados abanicos rojos y negros y paypais de coca-cola. La plaza llena de guiris de toda calaña y condición, los amigos íntimos de la difunta non nata y sus parientes más cercanos. Los competeños, ya curados de espanto, esperan al fresco hasta el refrigerio, ellos con sus pantalones de pana de canuto gordo sujetos por cinturones marrones bien sobados y que generalmente les terminana colgando sobre las braguetas y ellas apañadas con sus simples batas sin nada a la cintura, riéndose algunas desdentadamente.
Llegado el momento de la verdad, alguien cogerá el hisopo, lo introducirá en el calderillo del agua bendita y espurreará el ataúd de pino de oregón vacío mientras ceremoniosamente dice con trémula voz el versículo ad hoc  del ritual: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás." Silencio profundo, mientras llega el instante más esperado  por la aún no difunta Elleen, que impaciente aguarda ergida y abanicándose con gracia andaluza de cuando en cuando, que su mejor amiga se plante delante del pequeño atril para que, copiando la escena de "Cuatro Bodas y un Funeral", culmine la esperpéntica escena con un panegírico sobre ella que esperará oír, supongo,  con dulces lágrimas lamiendo los polvos talco de su palpitante rostro.  Habrá decepción? Ya nos lo contarán los del lugar.
Nuestro sentido del ridículo nos habría impedido montar tal espectáculo, pero      
hemos de convenir que estos guiris tienen un singular modo de expresar alegrías y tristezas, porque triste es montar tu entierro en vida, gótico más bien, si bien es buena coña esa de saber qué dirán de ti cuando la hayas espichado.....contando -eso si- con el cinismo inglés, por supuesto. Buen entierro, Elleen y mejores alabanzas!
Miklos



lunes, 1 de julio de 2013

GUISITO DE LOMO CON CHAMPIÑONES


Nuestro conocido chef JOAN COLL, tradicional Presidente de los Festivales Gastronomicos de Mar del Plata, no se cansa de aconsejarnos desarrollar nuestras comidas con los tan ricos ingredientes de la zona. Por eso para estos días fríos de invierno

                                GUISITO DE LOMO Y CHAMPIÑONES

3 tazas de lomo (u otra carne tierna), sin grasa ni nervios, cortado en cubos
2 cucharadas de aceite y 50 grs. de manteca
2 cebollas picadas
Harina c.n. para rebozar
1/2 taza de morrón rojo y otra 1/2 de morrón verde cortados en cuadraditos
l/2 taza de arvejas frescas (o de lata)
2 tazas de papas cortadas en cubitos , 2 hojas de laurel
1/2 taza de blanco de apio picadito
2 cubitos de caldo de verdura desmenuzados
100 cc. de vino blanco seco
1 cucharada de buen pimentón, disuelta en 1/2 taza de agua
400 gr. de champignones frescos
100 cc. de crema de leche
1 cucharada de perejil bien picado
1 cucharadita de maizena - Sal y Pimienta, a gusto.

1) Sazone los cubos de carne con sal y pimienta, rebócelos con la harina
2) Derrita en una cacerola la manteca con el aceite.
3) Dore los cubos de carne, por todos lados
4) Incorpore en la cacerola la cebolla picada y los morrones cortados, hasta que estén rehogados
5) Agregue en la cacerola los cubos de papa, previamente rebozados en la harina; fríalos hasta que se forme
    una corteza crujiente
6) Incorporar el laurel, los calditos desmenuzados, las arvejas, el apio, el vino blanco y el pimentón disuelto

Mezcle suavemente y que hierva todo a fuego bajo, con la cacerola tapada, hasta que las papas estén cocidas.
Vigilar siempre la cocción. Si hiciera falta agregar chorritos de agua o caldo. Cuando las papas estén a punto, agregar la crema de leche y los champignones. Tape la cacerola dejando hervir despacito, hasta que los hongos se noten cocidos.

Destape la cacerola y continúe la cocción hasta que el guisito espese. O bien agréguele una cucharadita de maizena diluída en un poquito de agua fría.

Pruebe y verifique el sazonamiento, a su gusto. Sirva el guiso, puede ser en cazuelitas, espolvoréandolas con perejil picado.


           Y BUEN PROVECHO !!