Creamos este nuevo Blog, con el fin de ampliar nuestra oferta.
El fin que tiene es dar cabida a los distintos componentes de nuestro grupo, que aficionados a la buena cocina, así como al conocimiento de los buenos vinos de nuestra geografía nacional, puedan mostrar sus conocimientos, compartiéndolos con los demás.
El nombre de Garum y Testaccio, no es casual. El garum como una salsa que condimentaba a gran cantidad de platos de la cocina romana y el Testaccio, como el monte que existe en Roma, formado con los restos de las ánforas que se desechaban, después de ser utilizadas (ánforas de aceite, vino y garum), muchas, procedentes de las costas de Málaga.

Dicho monte que tiene un perímetro de un Km. (es decir casi 320 metros de diámetro), y una altura de 50 metros. El monte en sí, es una de las fuentes arqueológicas más importante para conocer la cultura romana y su relación con Hispania.

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lunes, 1 de marzo de 2010

PATATAS EN ADOBILLO


De la inactividad de emérito consentida, por mor de la sana envidia de vuestro ejemplo inquieto, he pasado a la angustia por no quedarme desplazado de este grupo tan admirado.
Pretendo aprender cosas que ya tenía en mi mente descartadas, como el uso del ordenador, navegar por Internet, escribir, hacer ripios, etc. Pero he comprobado, que todo ello ocupa mi tiempo de forma tan grata y satisfactoria que compensa de lejos el esfuerzo.
Debido a esto, es por lo que quiero también atender a la invitación de MIKLOS, y atreverme a recomendar un plato que recuerdo haber disfrutado, en mis años mozos.

RECETA:

INGREDIENTES: Patatas, aceite, pan, orégano, pimentón, pimienta, cominos, vinagre y sal.

FORMA DE HACERLO:
Se fríen las patatas cortadas a rodajas finas y una vez fritas, se colocan en una cacerola y se le echa un poco de orégano por encima. En una sartén aparte y con un poco de aceite se doran dos ajos, se sacan y se ponen en un mortero. En el aceite caliente (que no debe ser mucha cantidad) se echa una cucharadita de pimentón, se remueve un poco y lo echamos sobre las patatas. En el mortero donde ya tenemos los ajos, se ponen unos granos de pimienta y unos pocos cominos, machacándolo todo muy bien. Le añadiremos una miga de pan mojado y seguiremos machacando hasta obtener una pasta fina. Dicha pasta la aclararemos con un poco de agua y al echarla sobre las patatas le añadiremos un poco de agua más si fuese necesario para que casi las cubra. Las patatas, que ya llevan orégano, el pimentón con el aceite y el majado, las ponemos al fuego para que hiervan unos minutos. Pasados éstos, retiramos la cacerola del fuego y echaremos sobre las patatas un buen chorreón de vinagre, dándole un movimiento a la cacerola por las asas para que éste se introduzca por todas partes.
Este plato es muy aromático y también económico.
Conviene aclarar que su "secreto" está en la dosificación de las especias que en él intervienen
y de la cantidad de vinagre para darle el punto. Es muy importante que el vinagre se le eche siempre una vez que esté el recipiente apartado del fuego.
OTRA FORMA:
Para hacer el plato más alimenticio, y más caro sería:
1º Antes de echarle el vinagre se le pueden cuajar unos huevos y cuando estén a punto, se aparta la cacerola y entonces se le echa el vinagre.
2º Entre las patatas fritas y antes de echarle el majado, podemos poner pequeños filetitos o trozos de hígado de cerdo que habremos frito antes.
Creo que las patatas en adobillo con el hígado de cerdo alcanzan su máxima categoría.
BUEN PROVECHO.
Pepe Viano