Creamos este nuevo Blog, con el fin de ampliar nuestra oferta.
El fin que tiene es dar cabida a los distintos componentes de nuestro grupo, que aficionados a la buena cocina, así como al conocimiento de los buenos vinos de nuestra geografía nacional, puedan mostrar sus conocimientos, compartiéndolos con los demás.
El nombre de Garum y Testaccio, no es casual. El garum como una salsa que condimentaba a gran cantidad de platos de la cocina romana y el Testaccio, como el monte que existe en Roma, formado con los restos de las ánforas que se desechaban, después de ser utilizadas (ánforas de aceite, vino y garum), muchas, procedentes de las costas de Málaga.

Dicho monte que tiene un perímetro de un Km. (es decir casi 320 metros de diámetro), y una altura de 50 metros. El monte en sí, es una de las fuentes arqueológicas más importante para conocer la cultura romana y su relación con Hispania.

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martes, 11 de junio de 2013

SALSA PIAMONTESA

Llevo ya un cierto tiempo recibiendo mensajes de nuestro editor en los que pide que nutramos con alguna nueva receta la sección de Garum y  Testaccio. Hoy me hago eco de su petición y os presento receta y autor.
Todos conocemos que nuestro amigo y compañero José Viano, pasó parte de sus años escolares estudiando en los HHM M. de Mar del Plata. Allí maduró, según él cuenta, en todo aquello que un chico de su edad pudo madurar. De allí trajo formación, vivencias y amigos que desde entonces han constituido parte  de ese intangible capital que es su propia personalidad.
Días atrás, me puso en contacto con uno de esos compañeros y amigos argentinos, con el que he cruzado muy amigables y sustanciosos correos, en los que hemos puesto cada uno a la vista del otro parte de lo que él allá y yo acá dejamos ver a nuestro entorno.  Os lo presento: se llama Tomás Coldaroli, ex alumno marista, pienso que con un par o tres de añitos más que nosotros -qué le vamos a hacer Pepe-, restauranter de profesión durante casi toda su vida profesional, hábil narrador y, como su apellido delata, de origen italiano, de talla física importante como debe ser para cualquier profesional que quiera manejar con gracia y esplendidez los fogones. Ahora hurga en su historia y como muchos de nosotros mantiene bitácora con dedicación y entusiasmo.
Me ha hecho llegar el escrito que presento en nuestro blog y que deseo que os ilustre, entretenga e incite a entrar en vuestras cocinas. He de confesar que las salsas nunca fueron mi fuerte ("Dios ha hecho los alimentos y el diablo las salsas", sentenció James Joyce) pero la receta que propone nuestro invitado tiene buena pinta.
Nicky
Marbella, junio de 2013
  
SALSA PIAMONTESA
por Tomás Coldaroli
  
El Piamonte es una región noroccidental de Italia, que limita con Suiza al norte y con Francia al oeste. Es la tierra del Barolo, de la trufa, el vitel toné y la bagna cauda. Este territorio, cuyo nombre proviene del latín "ad pedem montium" : al pie de los montes, estuvo poblado por celtas, ligures y salasios.
Después de la caída del Imperio Romano, el territorio fue conquistado por los lombardos y más tarde por los francos. En el siglo X y el siglo XI creció la importancia de Turín, de sus gobernantes los condes de Saboya y la de los marqueses de Monferrato. Ya en el siglo XIV los Saboya, al mando de Amadeo VI, consiguieron contener los ímpetus de los Visconti, señores de Milán, lo que fue el comienzo de la unificación del territorio regional.
La historia del Piamonte está ligada a la de su capital : Turín . Antes de la época romana fue habitada por el pueblo de los taurinos. La primera noticia de Turin nos llega del 27 a.C. en la que aparece como campamento estratégico para el control de los pasos hacia las Galias. La ciudad se desarrolló en el siglo I sobre el campamento romano de "Castra Taurinorum" y poco después sería dedicada a Augusto (Augusta Taurinorum). Con la crisis del Imperio la región estuvo sujeta a las invasiones bárbaras, hasta la llegada de los longobardos y luego de los francos.
En el siglo VI se convirtió en un ducado lombardo. En el 773 fue conquistada por las tropas de Carlomagno y se convirtió en un ducado francés. En 1280 pasó a la casa de Saboya. Durante el Renacimiento, llegó a ser la capital del Piamonte, con Emanuel Filiberto, quien transfirió allí la capital del Ducado. En 1562 inició una vasta serie de proyectos edilicios, continuados por sus sucesores, para demostrar el esplendor de la casa reinante.
Se ejecutó un plan de transformaciones de la ciudad, con edificios proyectados y decorados por los mejores arquitectos y artistas del tiempo. Fue Carlo Emanuele I el encargado de impulsar, entre 1601 y 1613,  la ampliación de la ciudad hacia el sur, el embellecimiento del Palacio del Vescobo, transformado en Palacio Real y otras construcciones. Más tarde en 1663, ya en el trono Carlo Emanuele II , decretó  la segunda ampliación de la ciudad ahora sobre el río Po. Estuvo muy activo en este período Guarino Guarini, al cual se debe la Capilla Della Sindone (el Santo Sudario) , el palacio de los Saboya-Carignano y la iglesia de San Lorenzo.
En 1631 los franceses ocupan el Piamonte, en 1706 los Saboya con ayuda austríaca recuperan el territorio, pero en 1796 las fuerzas napoleonicas ocupan otra vez la región y Carlos Manuel IV tuvo que refugiarse en Cerdeña hasta 1814 año de la Restauración. En 1860 el Piamonte participa de los Guerras de la Independencia contra el Imperio Austriaco, y consigue constituir el Reino de Italia, cuya capital fue Torino entre 1861 y 1865.
Turín es hoy , junto a Milán la zona más industrializada de Italia, y sede de grandes empresas (Fiat, Cinzano,etc). Entre otras grandes construcciones que nos han quedado de la arquitectura monumental de los siglos XVII y XVIII, debemos destacar el Palacio Real, residencia de la Casa de Saboya, que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco desde 1997.
"Al pie del monte" nos simboliza: bosques, casas con chimeneas, típico de la proximidad de los Alpes. Sus productos adquieren su momento de esplendor en el otoño: hongos, trufas, ajos, nueces, carnes de caza. Y también aparecen los nuevos vinos piamonteses de excelente calidad. Con su vecina Francia ejercen recíproca influencia gastronómica, en las zonas aledañas al Piamonte.
Hoy les traigo una clásica y sencilla receta de la región. Y permítanme que les haga una breve historia familiar. A principios del siglo XX, mi bisabuelo, Emilio Cardani, descendiente de antigua familia turinesa, cuyos remotos antepasados llegaban hasta el siglo XII, tenía un recreo-restaurant en una isla del Tigre, con su embarcadero y amplias comodidades para pasar el día, o el fin de semana, familias porteñas que gustaban disfrutar de la naturaleza. Allí preparaban esta salsa, para acompañar los ñoquis. Mi abuelo casó con Emma, la hija de Cardani, mi padre nació en 1910. Más tarde éste se casa con otra descendiente de piamonteses (de Alessandria) y la salsa se viene transmitiendo. Y cuando quien esto escribe, pone un restaurant, aquí en Mar del Plata, en 1977, uno de los platos "estrella" fue el de "Ñoquis a la Piamontesa", con gran éxito, durante los 22 años que permaneció el establecimiento.

                                                 SALSA PIAMONTESA

Ingredientes: un pan de manteca, 200 grs. Filetes de anchoitas despinadas: 15/ 18; una cabeza de ajo, extracto de tomate: 2 cucharadas . Crema de leche: 200 cc.

Pelar y picar bien los dientes de ajo, y ponerlos a cocinar con la manteca a fuego suave, evitando que se doren. Incorporar los filetes de anchoa picados, que se cocinen también suavemente, agregar el extracto de tomate diluído en un poco de agua caliente. Si se desea un toque de pimienta. Sal: no! por la presencia de las anchoas. Luego de unos minutos de cocción, se le incorpora la crema de leche. Bien caliente, se vuelca sobre los ñoquis o la pasta elegida.

Les comento que en mi familia se ponía nada más que un toquecito de crema, pues nos gustaba sentir el sabor de los ajos y las anchoas, pero el "gusto argentino" es echarle más crema, de modo que Uds. pueden regularla a gusto.


Buen provecho!